En un nuevo artículo de su serie “Psicología de la vida cotidiana”, el psicólogo Sergio García Soriano analiza los microrracismos.
Los microrracismos son comportamientos sutiles que manifiestan discriminación por motivos étnicos. Se suelen dar en personas que a pesar de manifestarse contrarios al racismo, de manera automática les parecen expresiones donde mantienen un tipo de racismo de manera poco intensa.
Esto es un reducto en nuestra manera de pensar donde estaría interiorizado un tipo de supremacismo donde un origen étnico es mejor que otros y expresarían un prejuicio no asumido por la persona.
Veamos algunos ejemplos de microrracismos
1) Ir en el metro o en el bus y cambiarse de asiento por el color de piel de la persona que acaba de ocupar el asiento libre junto al nuestro. De la misma manera, aparece una persona de etnia gitana o negra y automáticamente tocamos nuestro bolso o cartera comprobando que nuestras pertenencias están a salvo.
2) Al dar un servicio, pensar que una persona de otro origen étnico al predominante, no puede pagar el servicio.
3) Pensar “trabajo como un negro para vivir como un blanco”.
4) Preguntar varias veces a los estudiantes negros siendo el profesor, si han entendido la clase.
5) Decir voy a un “chino” en vez de decir voy a un bazar. Ya que tomamos el origen étnico como lo manifiesto frente al lugar donde podemos comprar.
6) Decir me han engañado como a un chino. Asumiendo que un chino es sinónimo de tonto.
7) Afirmar “no soy racista tengo varios amigos negros”.
8) Asumir que una persona es extranjera solo por su aspecto físico. Muchos nietos de inmigrantes tienen que responder frecuentemente a: “pero ¿de dónde eres? o ¿de dónde vienes realmente?
Sin darnos cuenta desde la infancia estamos viendo películas infantiles y guiones juveniles donde se asocia lo bueno con lo claro y lo malo con lo oscuro (ejemplo El rey León).
Los de piel morena o tez oscura suelen ser los malos o los sospechosos y además tienen una diferencia en el acento (les tomamos como extranjeros).
De tal manera que asumimos ciertos códigos “microrracistas” también en nuestra vida que aunque la educación nos intente ilustrar o corregir, pueden ser muy perseverantes y de difícil modificación, ya que nos han dado un sentimiento de pertenencia frente al otro.
l sesgo es una tendencia del individuo en contra o a favor de algo, la mayor parte de las veces de manera involuntaria. Si observamos contextos culturales podemos observarlo, puede haber sesgos de género, (los hombres juegan mejor al fútbol que las mujeres) sesgos de una nación (los portugueses son peores que los españoles) de una clase social (hay más superdotados entre la gente blanca que entre los negros) políticos (el partido A cuando gobierna gestiona mejor que el partido B)
Cuando se juzga a un individuo basándose en la descripción estereotípica de un grupo al cual pertenece, el uso del estereotipo puede resultar un error, (juicio preestablecido) ya que el individuo puede ser poco representativo del estereotipo.
El sesgo o estereotipo puede ahorrarnos tiempo de decisión a la hora de pensar un tema y de ponerle solución. Ocasionalmente, los sesgos pueden ayudarnos a ganar tiempo y a evitarnos. Sin embargo, en ciencia lo llamaríamos “error sistemático”.
Tipos de sesgo político
ENCUADRE O FRAME
El encuadre de la noticia, sería el punto de vista desde el cuál se elige dar la información.
Los políticos intentan enmarcar los problemas de una manera que hacen que una solución dada favorezca su propia inclinación política y aparezca como el curso de acción más apropiado para la situación actual.
PRIMING
El orden de las noticias o la yuxtaposición aparentemente inocente en un periódico o en la pantalla del ordenador pueden querer producir un sentimiento en el lector o espectador. ¿Para qué? Para producir un sesgo.
Por ejemplo en la noticia: “Hoy es la investidura del presidente” y se avisa en la misma hoja de periódico de que esa noche emiten en un canal de televisión la película, “Golpe de estado”.
ANCLAJE
El anclaje es la importancia de la primera información al tomar decisiones. Esa primera información genera un punto de referencia sugerido implícitamente como el «ancla» y a partir de ahí se establecen aproximaciones. Por ejemplo, en las negociaciones para llegar a acuerdos entre partidos. Es importante quien lanza los primeros puntos del acuerdo empezando por peticiones máximas para después ir moderando estas peticiones pero ya se parte de un punto determinado. En las pujas de Ebay por conseguir un producto pasa lo mismo pero al revés, se empieza por un precio mínimo (ancla) y a partir de ahí se va incrementando. Sin embargo, ese mínimo a veces puede ser desorbitado pero le ha dado al cliente una sensación de que el producto es bueno.
EL EFECTO HALO Y EL EFECTO CUERNO
El efecto halo y el efecto cuerno suceden cuando el prestigio/desprestigio de una persona o de un objeto generan simpatías/antipatías sobre otra persona por el hecho de estar juntos.
Efecto halo debe su nombre al halo del santo que irradiaba una luz o energía desde su cabeza que alumbraba a su alrededor.
Efecto cuerno debe su nombre a «mano cornuta» y tendría que ver con el pensamiento supersticioso o mal de ojo generado cuando te desean un mal destino.
Concretamente, si al observador le gusta/disgusta un aspecto de algo, tendrá una predisposición positiva/negativa a todo lo relacionado con él.
Por ejemplo, si llevo a actores o escritores famosos y reconocidos internacionalmente a un mitin o éstos dan el apoyo claro a un líder político, voy a generar un efecto positivo de los observadores hacia ese candidato. Es posible que los seguidores de estos personajes generen o descubran simpatías por este partido.
Y a la inversa, si consigo asociar a un adversario político con alguien que genere animadversión o tenga una dudosa reputación entonces, se creará un estigma por el efecto cuerno. Por lo tanto, la información sobre regímenes autocráticos o personas bélicas son usados para generar mala imagen en el otro líder político. Y así el votante, sentirá repulsa por esta opción política.
STATUS QUO
Sería aquel sesgo o preferencia por el estado actual de las cosas. La actualidad (o statu quo) es el punto de partida o de referencia y cualquier modificación a partir de esa base se percibe como una pérdida. Debido a este sesgo, es más difícil ganar elecciones para partidos nuevos ya que generalmente preferimos la estabilidad de lo conocido frente al cambio.
Existen en Estados Unidos talleres para la «erradicación de los sesgos». Sin embargo, el sesgo no se puede eliminar completamente. Uno puede no dejarse llevar por ellos, puede conocerlos y reducir esa tendencia pero no seríamos humanos si no tuviésemos sesgos. Los sesgos forman parte de la ideología de la persona dentro de una sociedad y por lo tanto, se pueden «reconducir» pero no se puede vivir sin ellos. A veces, a los partidos políticos y sus campañas de marketing no les interesa una pedagogía para la reducción del sesgo ya que parten de algunas campañas con una «visceralidad» ajena a los datos que pueden interesar a un votante en relación a sus intereses del día a día.
Por otro lado, incluso la inteligencia artificial (IA) tiene sesgos porque esta hecha por humanos sesgados y si se le introduce a la IA más información de una índole que de otra, la respuesta que se obtenga tendrá esa tendencia y la neutralidad no existe.
BIBLIOGRAFÍA
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Sergio García Soriano elije los micromachismos para presentarnos un nuevo capítulo de su serie de contenidos para EFEsalud sobre “Psicología de la vida cotidiana”.
Todos nosotros para pensar utilizamos “atajos mentales”, sesgos. La ciencia pretende ser imparcial pero se reduce al campo científico y avanza vía “errores”.
Cuando opinamos o en la vida cotidiana, no solemos utilizar los conceptos científicos, utilizamos la ideología, un conjunto de creencias sobre cómo debería ser el mundo o cómo creemos que es.
Los micromachismos están relacionados con maneras estereotipadas de relacionarnos con las mujeres. Son una manera sutil de mostrar actitudes y comportamientos “sexistas”.
Micromachismos, algunos ejemplos
Tendemos a ser más afectivos con las niñas que con los niños y a utilizar un lenguaje más sentimental con ellas que con ellos. Está más tolerado el llanto de una niña que el de un niño.
A los padres cuando ejercen su rol se les denomina “padrazos” porque se supone que están haciendo un esfuerzo extra con los cuidados del bebé. Sin embargo, con las madres suponemos que es su responsabilidad la crianza de los hijos.
Si una pareja heterosexual va a un restaurante y pide vino, existe más probabilidad que sea a él a quien se dirija el camarero/a para la selección y la primera cata o degustación. También la cuenta y el pago se suele dar por hecho que será él quien se hará cargo.
En una acera, si van caminando un hombre y una mujer, es más probable que ellos suelan ocupar el espacio más del centro y ellas más cercanas a la pared. Se trata de un reducto de la protección.
Con la misma edad, hijos e hijas adolescentes tienen diferentes normas con los mismos padres. En ellos, se supone una mayor fuerza y autonomía personal. En ellas, se cuida su honra sexual y se tiene miedo por ellas, porque sean engañadas o violadas.
Ellas cuando tienen descendencia se plantean dejar de trabajar o combinar ambas facetas. Ellos no suelen plantearse dejar de trabajar.
No es fácil erradicar por completo los micromachismos o extirparlos. Sin embargo, podemos reconocerlos para poder no dejarnos guiar por ellos.
Cuando sabemos que se pueden dar en cada uno de nosotros, podemos conseguir no padecerlos de manera automática y, por lo tanto, reconducir nuestra manera de ver la vida cotidiana en este sentido.
El actor ha iniciado una nueva relación con la modelo Vittoria Ceretti confirmando así una inclinación extensible a otros hombres famosos: emparejarse con alguien mucho más joven; algo que no interpretamos y juzgamos de igual manera cuando es una mujer quien rebasa la edad de la otra persona.
Cada persona tiene sus propias ideas sobre qué es el amor. Está comprobado que se trata de un sentimiento químico: la dopamina actúa como neurotransmisora para hacernos sentir placer y atracción. Pero también se trata de un tipo de afecto abstracto, ya que está en la personalidad y experiencia de cada cual sentir y actuar de una manera u otra; sea con una pareja sentimental, con un amigo o con un familiar.
Crecemos con las ideas románticas de que “un clavo saca a otro clavo” o de que “cuando estás enamorado no hay límites”. “El amor no tiene edad”, dicen, “no elegimos de quién nos enamoramos”. Y, entre los refranes más conocidos sobre este sentimiento, está el de “ni abril sin flores ni juventud sin amores”, haciendo alusión a que durante la adolescencia las personas suelen enamorarse más. Pero hay quienes se saltan el dicho y parecen llevar esa norma a la espalda durante toda su vida, enamorándose de personas mucho más jóvenes. Y, en algunos casos, repetidas veces.
En numerosas ocasiones hemos visto cómo a la comunidad de Instagram, de X (antes Twitter) o de TikTok, le llama la atención este tipo de relaciones. Las que más virales se hacen al publicarse decenas de titulares o centenares de memes son en las que un hombre famoso empieza a salir con una chica llamativamente más joven que él.
En la prensa del corazón española encontramos a Kiko Matamoros, de 66 años, quien se casó a principios del pasado verano con Marta López Álamo, modelo e influencer de 26; se sacan 40 años. Otra pareja cuya diferencia de edad fue ampliamente comentada es la que formaban la modelo Laura Escanes y el presentador Risto Mejide, quienes se conocieron cuando ella tenía 19 años y él 41. Este es un patrón que repite el actor y productor de cine Leonardo DiCaprio con sus novias, y no parece cansarse de él. Hace poco conocíamos que su nueva pareja es Vittoria Ceretti, una reconocida modelo italiana de 25 años. Ella ha roto con la ‘norma’ que ha seguido el estadounidense de dejar a sus novias cuando cumplen el cuarto de siglo por otra más joven, aunque él siga cumpliendo años.
Desde mediados de los años 90 hasta la actualidad, DiCaprio ha tenido más de una decena de parejas sentimentales. En la adolescencia fue la modelo Bridget Hall quien le robó el corazón con 17 años, tres menos que él. Con 23, época de estreno y explosión de la exitosa película Titanic, el actor tuvo varias parejas (todas menores de 25 años) pero ninguna estable. En el año 2000 comenzó una relación con la supermodelo brasileña Gisele Bündchen, la cual no llegó a los cinco años de duración, justo cuando ella cumplía los 25. Tras esa ruptura conoció a Bar Refaeli, 10 años menor que él. Estuvieron juntos hasta 2009, cuando la actriz y presentadora israelí soplaba las velas de sus 25 años.
Tras varios romances pasajeros, DiCaprio empezó a salir con la modelo Camila Morrone, hasta que decidieron ponerle fin a una relación de cinco años; algo que ocurrió dos meses después de que ella cumpliese los 25. Su última pareja conocida antes de Ceretti fue la modelo estadounidense Megan Roche; ella tenía 22 años, 26 menos que él. No parecen necesarios más ejemplos para observar con claridad que el famoso actor lleva un patrón en sus relaciones condicionado por la edad de las mujeres con las que empieza a salir y, sobre todo, la edad que tienen cuando decide dejarlas por otra.
En redes sociales su comportamiento ha sido ampliamente comentado, aparte de convertirse en material de primera para memes. “Titanic ha hecho 25 años, ya es más vieja que cualquiera de las novias de Leonardo DiCaprio”, comenta una usuaria. “Qué lindo DiCaprio preocupándose por el medioambiente, se nota que quiere un planeta mejor para sus próximas novias”, escribe otra siguiendo el juego.
Otros crean infografías con estadísticas que reflejan el anecdótico límite de edad de las parejas en cuestión, e incluso existen hilos con teorías sobre el tema: “DiCaprio no le termina a sus novias cuando cumplen 25, sino que ellas llegan por fin al nivel de madurez necesario para visualizar con más herramientas la relación que tienen con un tipo estancado emocionalmente que podría ser fácilmente su papá y se largan de ahí”, escribe una joven en X.
Se normalizan las parejas con diferencia de edad, pero solo si ellos son mayores
Existen distintas investigaciones que concluyen que, en términos generales, a mayor diferencia de edad, menor posibilidad de que la pareja funcione. Sin embargo, seguimos encontrando el llamado ‘complejo de Lolita’, nombrado así a partir de la novela de Nabokov (hombres a los que les gustan las mujeres con aspecto aniñado), tanto en el mundo de los famosos como en nuestro día a día.
Para la socióloga especializada en diversidad e igualdad Raquel Jiménez Manzano, que se normalicen este tipo de relaciones entre dos personas con gran diferencia de edad tiene que ver “con algo tradicional”. “Que un hombre sea mucho mayor que una mujer en una relación siempre ha existido y se ha justificado con la diferencia en base a la diferencia del proceso madurativo. Es decir, siempre se ha señalado que, en general, los hombres maduran más tarde que las mujeres y, por tanto, la diferencia de edad estaría compensada por la madurez”, sostiene.
Si históricamente hemos normalizado que el hombre sea el mayor, también deberíamos hacerlo al revés y dejar de ridiculizarlas
«Si históricamente hemos normalizado que el hombre sea el mayor, también deberíamos hacerlo al revés y dejar de ridiculizarlas«Raquel Jiménez Manzano — socióloga especializada en igualdad y diversidad
Aunque entendamos que “los hombres se acercan a mujeres más jóvenes por intereses sexuales”, para la socióloga “cada vez hay menos diferencias entre los pensamientos y el físico a diferentes edades”, por lo que entiende la normalización de estas relaciones. Por contra, señala que esta normalización no existe cuando la mujer es la mayor sino que, por el contrario, se la juzga de manera pública.
“Los distintos juicios que se hacen en función del género de la persona mayor están relacionados con los estereotipos de género. Por ejemplo, en el caso de Nicholas Sarkozy y Carla Bruni, donde la diferencia de edad era de 13 años y, en el caso de Emmanuel Macron y su mujer Brigitte, donde la diferencia es de 24 años —ella mayor que él—, los comentarios hacia Briggitte fueron muy, muy desagradables. Sin embargo, cuando se da el caso contrario la gente lo ve como que la persona joven (una chica) está buscando estabilidad y experiencia. Si históricamente hemos normalizado que el hombre sea el mayor, también deberíamos hacerlo al revés y dejar de ridiculizarlas”, reflexiona Jiménez Manzano.
Aunque la experta lamenta que se hagan juicios de estas relaciones sentimentales, sea la persona mayor de un género u otro, cree que “no debemos caer en las ideas del amor romántico de que es una fuerza que lo puede todo”. “En este tipo de relaciones, llega un momento en el que la persona mayor deja de ser una persona adulta para convertirse en una que necesita cuidados cuando su pareja aún está en otra etapa vital de tener nuevas experiencias, algo que puede romper relaciones que se creían totalmente consolidadas”, dice.
No podemos saber qué hay exactamente tras el comportamiento de estas personas más mayores que sus parejas. Según Sergio García Soriano, psicólogo especializado en vínculos de pareja, sí pueden barajarse diferentes patrones. “La mente es compleja”, dice, “puede que sea simplemente un gusto personal hacia personas más jóvenes pero, en este caso [el de DiCaprio], acabar el análisis aquí se quedaría corto. Si existe una condición sine qua non de que sus parejas sean extremadamente jóvenes puede tener varias lecturas”.
El psicólogo plantea diferentes motivaciones que podrían responder a, desde el gusto de una persona madura por la inocencia infinita y un afán por enseñar su experiencia a diferentes personas, a un deseo de no bajar el ritmo ni la pasión sexual que se ha sentido desde los 20 años; hasta un complejo inconsciente de la eterna juventud si se observa esta conducta desde la mirada psicoanalítica.
“Una pareja más joven siempre revitaliza la vida sexual de aquellas que llegan a los 50 años, y es algo que podemos ver habitualmente porque socialmente está bien visto. Muchos lo ven como un ‘trofeo’ porque para ellos significa algo prestigioso poder enamorar a chicas jóvenes. Sin embargo, en este caso debemos considerar la posible existencia de un complejo de Edipo”, sostiene García Soriano refiriéndose a los casos en los que la diferencia de edad podría corresponderse con la de un padre y una hija. “El incesto es algo que hemos superado a lo largo de los siglos, pero en ocasiones puede tener algo que ver en nuestros comportamientos diarios”.
«En este tipo de relaciones, llega un momento en el que la persona mayor deja de ser una persona adulta para convertirse en una que necesita cuidados cuando su pareja aún está en otra etapa vital, algo que puede romper relaciones que se creían consolidadas».Raquel Jiménez Manzano — socióloga especializada en diversidad e igualdad
Según García Soriano, en la mayoría de los casos y sobre todo en las relaciones sentimentales, buscamos más el carpe diem que un enamoramiento sin fecha de caducidad. “La motivación de las chicas que salen con DiCaprio seguramente tenga que ver más con una fantasía erótica y con el vivir el día a día de un amor romántico que con la búsqueda de un proyecto de futuro. Ellas también pueden estar buscando una figura paterna en su pareja —nuevamente una característica del complejo de Edipo—, a sabiendas de que todo será a corto o medio plazo porque él aún actúa como si tuviese relaciones adolescentes”, opina García Soriano.
Otro rasgo atribuible a algunos de estos casos, según el psicólogo, es el del complejo de Peter Pan. Aplicado a este tipo de situaciones, este se explica por un cambio en la actitud de la persona más mayor que se empieza a comportar como alguien más joven con el fin de seducir al otro: cambios en la vestimenta, en los sitios frecuentados y hasta en la forma de hablar para acercarse los códigos generacionales que les son ajenos. “Una persona de 20 años se puede enamorar de una de 60, aunque en ocasiones esas parejas no duren por las diferencias en sus momentos vitales y necesidades”, concluye García Soriano.
La trampa mental del “YO” es aquella que acontece cuando una persona piensa que todo lo malo que ocurre en el mundo es por ella. Ejemplo sería: “Tengo mala suerte” “Tengo mal karma” “Estoy gafado/a”. Y esa culpa hacia sí le genera estrés. Solución: Realmente no tolera a los demás y fantasea que cuando le vayan bien las cosas será única y exclusivamente por sí mismo. Cuando acepta su narcisismo y se sale del papel de víctima, esta trampa mental desaparece.
Trampas mentales: excusitis
A la segunda la llamaremos “excusitis” . Excusas que nos damos para no tomar decisiones y que las sentimos como verdaderas. Los demás tienen la culpa de todo lo negativo que pasa en mi vida. Se acompaña principalmente de la palabra “es que”, “es que el Gobierno”, “es que mi pareja”, “es que mi jefe”. Solución: Asumir responsabilidades y hablar en primera persona. Aceptar que no quiero hacerlo y averiguar el verdadero por qué.
Creer que se puede leer la mente de los demás
La tercera y última, es creer que se puede leer la mente de los demás. Interpretamos el gesto del otro, el ritmo de sus pasos, el tono del audio de whatsapp y sacamos conclusiones sin preguntar ni siquiera por el asunto. Como no tenemos información fidedigna, la mente llena los espacios en blanco a través de suposiciones y ahí empiezan los problemas de las relaciones, a través de malos entendidos constantes. Solución: O preguntar o no interpretar el lenguaje no verbal de las personas. Nuestra manera de pensar no es libre, tiene sus leyes y sus códigos. Está hecha para mantenernos dentro de la “zona de confort”. A salvo de las novedades, de la toma de nuevas decisiones, es decir, quiere conservar el estado previo. Para ello, va a “coherentizar” toda la información recibida y en ese proceso “racionalista” genera subterfugios para el propio engaño.
Esas conversaciones se pueden convertir en un problema de salud mental y terminar distorsionando la realidad, ¿dónde está el problema?
Esa conversación o esos pensamientos con nosotros mismos. Ese diálogo interno que podemos tener en un momento de soledad o de confusión. Momentos de monólogos que no suelen suponer un problema a nivel de salud mental, aunque lo hacen cuando se convierten en un recurso muy habitual.
«Son las frases o las palabras que nos decimos a nosotros mismos, esto tiene que ver con generar diálogo propio», explica Sergio García Soriano, psicólogo sanitario, experto en psicoterapia y miembro del Colegio Oficial de Madrid. Dependiendo de si es más o menos flexible, puede tener o no beneficios para la salud porque pueden existir los «diálogos internos de calma o los que generan más ansiedad», dice el experto.
A nivel cognitivo-subjetivo: preocupación, temor, inseguridad, dificultad para decidir, miedo, pensamientos negativos sobre uno mismo, temor a la pérdida de control, dificultades para concentrarse.
A nivel fisiológico: sudoración, tensión muscular, palpitaciones, taquicardia, temblor, molestias en el estómago, otras molestias gástricas, dificultades respiratorias, sequedad en la boca, dificultad para tragar, dolores de cabeza, náuseas, molestias en el estómago…
A nivel motor: evitación de situaciones temidas; fumar, comer o fumar en exceso; intranquilidad motora (movimientos repetitivos, rascarse, tocarse…); ir de un lado a otro sin finalidad concreta; tartamudear; llorar.
Es obvio que un diálogo interno, con demasiada intensidad, no es lo mejor. Por lo tanto, hay que saber bien cómo debemos realizarlo. «El diálogo interno pone de manifiesto nuestro posicionamiento psíquico», explica García. Si se analiza cada una de las cosas de esa conversación con uno mismo, es muy posible que se observen algunas situaciones difíciles o algo complejas.
Según el psicólogo existen dos tipos principales:
crítico: en este se va a juzgar, la persona no se deja en paz. Se repite una y otra vez todas esas frases que ha escuchado a lo largo de su vida. Por ejemplo, se puede tener este diálogo heredado del ente familiar
alivio: son esas frases de apoyo o referentes que han animado a continuar adelante en los momentos difíciles. Este tipo de diálogo nos ayuda a seguir con las labores diarias.
A partir de la mezcla de estos dos, «podríamos derivar la conversación hacia diferentes diálogos», aclara García. «Se puede hablar del victimista o catastrófico, pero son extensiones de los dos principales», declara el experto en psicoterapia.
Cada persona es diferente, este tipo de diálogos pueden surgir en cualquier momento. «Pero, en general, la soledad parece que se palía mejor con estas charlas», aclara el especialista. De esta manera, la gente evita sentirse sola. Aunque parezca que no, esto puede ser un punto negativo para esas personas, ya que están sobre pensando una situación o teniendo un sobre diálogo. «En estos casos, la situación se pierde de vista, se acaba idealizando», advierte García. A lo que agrega: «Si esos pensamientos son muy intensos, se acaben haciendo neuróticos. Esto quiere decir que ya se está en una fantasía y, por lo tanto, fuera de la realidad», alerta el experto. En cambio, «si son frases de aliento, flexibles, reducidas y no son continuas, entonces, no hay una neurosis. Son frases que a uno le ayudan a vivir mejor», comenta el psicólogo sanitario.
¿EXISTE UNA DIFERENCIA ENTRE LAS PERSONAS CON DIÁLOGOS Y LAS QUE NO?
«No podemos poner la regla de que si no se tienen diálogos internos es algo bueno para la salud mental y si se tienen, no lo es». Aunque, en general, es verdad que cuado hay un exceso de diálogo interno, «esto llama la atención», reconoce el psicólogo. Según el experto, esto puede ser un síntoma de: «Obsesión, delirio o de que la persona necesita ayuda»
¿CÓMO HABLAR CON UNO MISMO?
Diana Sánchez, miembro del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, proporciona algunas pautas para hacer un diálogo sano:
deben ser constructivos, sin críticas o con tono negativo
se ha visto que funciona más hablar en segunda persona del singular
decir cosas que sean concisas, directas y fáciles
intentar no utilizar frases con negaciones. Este tipo de oraciones, el cerebro no las percibe. Es muy fácil decir que no se va a hacer o a decir algo, pero en realidad es justo lo que hacemos
esas frases negativas hay que cambiarlas por frases funcionales
en los diálogos debe de haber pensamientos que sean realistas o fáciles de conseguir
RECOMENDACIONES
«Sería bueno ir al psicólogo de cualquiera de las maneras», recomienda García. Este consejo lo da tanto para las personas que se autocritican como para las que tienen charlas internas de alivio. «En vez de hablar con uno mismo a solas, sería bueno añadir una figura. Es decir, tener a un tercero en la conversación», comenta el especialista. García también habla de la «técnica del espejo». Esta técnica la emplean algunas personas para intentar sentirse mejor durante el día. El psicólogo lo desaconseja totalmente. «Esto, normalmente, se hace para evitar ir al especialista, no sirve. Pasa lo mismo con los libros de autoayuda», comenta el experto en psicoterapia, que insiste en que «Cuando alguien realmente quiere conocerse mejor, necesita compañía, unas palabras o reducir su nivel de diálogo interno». En el momento en el que alguien escuche estas conversaciones, podrá decir lo que piensa y de esta manera ya no será un delirio.
«Estas personas están en el nivel del pensamiento, del delirio, de la teoría. Si no actúan, se quedarán siempre en ese momento», reflexiona el experto. En el caso de no pasar a la acción, siempre quedará esa hipótesis o esa duda de saber lo que se podría haber hecho o lo que podría haber sido.
En cambio, si se habla de un diálogo moderado la mejor recomendación es escribirlo o grabarse. «Así se queda patente», explica García. El psicólogo sanitario concluye diciendo: «No creamos que estar o sentirnos solos es lo común, es al revés. Hay mucha gente sufriendo y con diálogos internos excesivos, sería bueno el poder romperlos o aliviarlos».